miércoles, 27 de junio de 2012

Tratamiento de Diabetes con medicina biológica

Por Máximo E. Calderón

Antes de ver la relación entre Medicina Biológica y Diabetes, debemos entender primero el proceso normal de metabolismo de los alimentos. Veamos entonces los procesos que suceden durante la digestión:
La glucosa, un azúcar que es fuente de combustible para el cuerp
o, entra en el torrente sanguíneo a través de los alimentos.
El páncreas produce la insulina, cuya función es transportar la glucosa del torrente sanguíneo hasta los músculos, grasa y células hepáticas, donde puede utilizarse como combustible.

Las personas con diabetes presentan altos niveles de glucosa, debido a que su páncreas no produce suficiente insulina o sus músculos, grasa y células hepáticas no responden de manera normal a la insulina, o ambos.
Hay tres grandes tipos de diabetes:

- Diabetes tipo 1: conocida como Diabetes juvenil, generalmente se diagnostica en la infancia. El cuerpo no produce o produce poca insulina y se necesitan inyecciones diarias de ésta para sobrevivir. De no hacerse apropiadamente, se pueden presentar emergencias médicas.

- Diabetes tipo 2: es mucho más común que el tipo 1 y corresponde aproximadamente al 90% de todos los casos de diabetes y generalmente se presenta en la edad adulta. El páncreas no produce suficiente insulina para mantener los niveles de glucosa en la sangre normales, a menudo debido a que el cuerpo no responde bien a la insulina. Muchas personas con este tipo de diabetes, incluso no saben que la tienen, a pesar de ser una condición grave. Este tipo de diabetes se está volviendo más común debido al creciente número de adultos mayores, el aumento de la obesidad y la falta de ejercicio.

- Diabetes gestacional: consiste en la presencia de altos niveles de glucosa en la sangre que se desarrolla en cualquier momento durante el embarazo en una persona que no tiene diabetes.

La diabetes afecta a unos 17 millones de estadounidenses y entre los muchos factores de riesgo se pueden mencionar los siguientes:
- Antecedentes familiares de diabetes (uno de los padres o hermanos)
- Obesidad
- Edad superior a 45 años
- Ciertos grupos étnicos (particularmente afroamericanos e hispanoamericanos)
- Diabetes gestacional o parto de un bebé con un peso mayor a 4 kg (9 libras)
- Presión sanguínea alta
- Niveles altos de triglicéridos en la sangre (un tipo de molécula grasa)
- Nivel alto de colesterol en la sangre

La Asociación Estadounidense de Diabetes (American Diabetes Association), recomienda que todos los adultos se sometan a un examen para diabetes al menos cada tres años, y con una frecuencia mayor para las personas que se encuentran en alto riesgo.
En los Ensayos Clínicos sobre las Complicaciones y Control de la Diabetes (Diabetes Control and Complications Trial, DCCT), se estudiaron los efectos del control estricto del nivel de azúcar en la sangre sobre las complicaciones en la diabetes tipo 1. Al final del estudio, el grupo de pacientes con un control estricto de los niveles de glucosa en la sangre, presentaban en forma impresionante menos grado de enfermedad renal, enfermedad ocular y enfermedad del sistema nervioso, que los pacientes tratados de manera menos agresiva.

En el Estudio Prospectivo de la Diabetes del Reino Unido (The United Kingdom Prospective Diabetes Study, UKPDS), los investigadores siguieron a casi 4.000 personas con diabetes tipo 2 durante 10 años. El estudio supervisó cómo el estrecho control de la glucosa y la presión sanguínea, podía proteger a la persona de las complicaciones a largo plazo que produce la diabetes.
El estudio encontró tasas muy inferiores de complicaciones renales, oculares y del sistema nervioso en pacientes con control estrecho de la glucosa sanguínea. Además hubo una caída significativa en las muertes relacionadas con la diabetes, incluyendo disminución en los riesgos de sufrir enfermedades cardíacas y apoplejía. Además se comprobó que el control estrecho de la presión arterial, también disminuía esos riesgos.

Creemos que no correspondería llamar a la diabetes una enfermedad, sino que constituye una consecuencia de múltiples situaciones. Es por ello que debe considerársela involucrando una serie de patologías diferentes, que no deben ser tratadas en forma simple o liviana, sino con profunda seriedad y tiempo para el enfermo.
La expresión bioquímica de este tipo de patología es la hiperglucemia o exceso de azúcar en la sangre. Comenzamos viendo entonces que existen anomalías no solamente del metabolismo de los glúcidos, sino además de los lípidos y proteínas. Vemos entonces que son anomalías directamente ligadas a funciones hepáticas y no solamente pancreáticas.
Además, a lo largo de los años, la diabetes va produciendo diversos trastornos degenerativos de tipo vascular y neurológico, siendo los más específicos la micro-angiopatía, la ceguera y el pie diabético.

Veremos primero una visión alopática convencional y luego una visión más profunda observada desde el punto de vista de la Medicina Biológica.
Como homeópata adiestrado en la búsqueda de la raíz de las patologías, y no en la anulación de la sintomatología, debo proponer este doble enfoque que permitirá ir encontrando puntos de coincidencia entre ambas Escuelas, y a la vez los puntos de discrepancia entre ellas. Obviamente será cada profesional quien luego decida sobre este asunto.

No sirve como solución al problema, el mantener al paciente con la glucemia baja en base a productos que luego generan otras patologías. También vemos que ninguno o muy pocos diabetólogos logran mejorar el estado biológico del paciente, y todas las recomendaciones profesionales no varían mucho de las que comparten entre sí los mismos enfermos.
Quizá sería bueno que quienes trabajan como especialistas en diabetes, mejoraran su enfoque y salieran de su esquema tradicional o clásico, que no conduce a nada práctico y no nos lleva a ningún otro lado, fuera de ser “controladores de glucemias”, y hasta “vendedores indirectos de fármacos hipoglucemiantes”.

Es indudable que la diabetes le aparece a quien por alguna razón desconocida, desestabiliza sus genes protectores y activa al gen de la diabetes, ya que todos los seres humanos, poseemos los genes que permiten la existencia de todas las patologías conocidas y aún muchas todavía desconocidas por el Hombre. Quien carezca de estos genes, seguramente no pertenece a la especie humana común, ya que los genes no se adquieren una vez que el ser humano ha sido generado, sino en el momento mismo de la generación.

El más moderno estudio genómico actual, solo nos permite ubicarlos dentro del hélix del código genético, pero no mucho más que eso. Este código se trasmite de padres a hijos con mínimas modificaciones, salvo en algunas patologías específicas, y a la vez existen otros genes que cumplen la función de estabilizadores o controladores.
Sin embargo de nada sirve encontrar la existencia del gen que genera la Diabetes (un gen recesivo), si desconocemos que es lo que lo activa.

Es indudable que la nutrición adecuada, es parte importante tanto en la génesis, como en la terapia clásica de esta patología, que afecta a gran parte de la población. La nutrición, en el control de la Diabetes Mellitus II por parte del diabetólogo, es la base de la terapia de control de la glucemia.
La primera pregunta lógica entonces que deberíamos hacernos como pacientes, sería verificar con cuanta profundidad estudia la Medicina el tema de la nutrición.
¿No ocurre acaso que se ha desvalorizado el conocimiento del profesional en nutrición, en su capacidad de trabajar conjuntamente con el médico diabetólogo, para que enseñe a alimentarse adecuadamente al enfermo?
En el campo de la Medicina biológica en cambio, el responsable de la recuperación del enfermo deberá ocuparse a conciencia de este tema, y regular profundamente la nutrición celular, a la vez que intentará ubicar la causa disparadora del proceso diabético y su control, en lo posible sin medicación farmacológica.

Definiciones técnicas

Lo que vamos a comenzar haciendo es tratar de establecer una definición sinóptica de la Diabetes, de lo cual veremos que se desprenden datos más que interesantes, como por ejemplo:
1.- No se sabe el origen de la Diabetes Mellitus (el factor de dominancia del gen recesivo).
2.- Bajo un mismo nombre se encuadran patologías de orígenes diversos (tóxicos, metabolismo, secuelas, incapacidad de procesamiento y asimilación, proteínas, lípidos, etc.)
3.- Se mezclan en un mismo nombre o sintomatología diversos orígenes potenciales.

Considerando que la Medicina Biológica, tiene como especial característica la de identificar causales, y verificar la capacidad natural del organismo de curarse a sí mismo (autopoiesis), nos limitaremos a analizar varias definiciones, porque claramente de ese análisis debe derivar la interpretación clínica respectiva, y naturalmente la terapia que corresponda.

Para comenzar  este análisis primero debemos establecer que es la Diabetes Mellitus. En su libro “Diabetes Mellitus”,  la Dra. Carmen Contreras establece como definición que la Diabetes Mellitus a “un estado de hiperglucemia crónica, producido por diversos factores tanto genéticos como ambientales. Junto a la hiperglucemia crónica, existen otros trastornos bioquímicos que afectan al metabolismo proteico y lipídico”.

La Diabetes (del griego orina dulce) que nosotros analizaremos aquí, debería estar claramente diferenciada de la Diabetes Insípida, producida por una insuficiente producción de hormona anti-diurética en la neurohipófisis. Sin embargo no es así en todos los casos, ya que recordando este tipo de diabetes de origen hipofisario, vamos al Diccionario Terminológico de Ciencia Médica Salvat, y leemos que la “Diabetes es la excesiva cantidad de orina”
Posteriormente el mismo libro establece que el término de “Mellitus”, es la diabetes común, caracterizada por la insuficiente oxidación de los hidratos de carbono por los tejidos orgánicos, y emisión de gran contenido de orina que contiene exceso de azúcar.
Sigue el mismo Diccionario estableciendo una enorme serie de tipos de diabetes, donde lo que predomina siempre es la “orina” y en segundo lugar el “azúcar”.

Posteriormente se establece ( para nuestro caso ) que la Diabetes Mellitus es de cuatro tipos diferentes. Es decir cuatro patologías distintas con un signo común, que es “azúcar en la orina”.
En ese texto se establecen: 

a) Diabetes mellitus simple: como “aquella forma ligera de la diabetes en la cual el organismo solamente es incapaz de asimilar los hidratos de carbono alimenticios suministrados masivamente; restringiendo éstos desaparece la glucosuria”.
Aquí estamos hablando de una incapacidad de asimilación de hidratos de carbono temporales excesivos, lo que nos señala claramente que en este caso no existiría patología alguna, ya que el propio organismo resuelve el problema cuando se elimina la causa de la ingesta excesiva. Estamos entonces ante un organismo SANO. Este tipo de diabetes corresponde a una mala conducta nutricional, la cual causa problemas por una propensión del paciente, pero no es una enfermedad en sí ya que se manifiesta solamente ante un exceso.

b) Igualmente establece una Diabetes Mellitus temporal como “una diabetes transitoria, que sobreviene como consecuencia de otra enfermedad”.
Esta definición establece claramente que hay que buscar todas aquellas patologías que generan este tipo de trastorno. Una vez ubicada ésta, a través de una anamnesis profunda y con tiempo suficiente para que el enfermo recuerde adecuadamente, podemos tratar o hacer tratar por el especialista que corresponda, dicha patología.
Esta es una labor en la cual el profesional debe estar al lado del enfermo.

c) Luego establece la existencia de una Diabetes Mellitus tóxica que “es una diabetes debida a la acción de un veneno
En Homeopatía conocemos la acción de varios venenos, y en este caso solamente deberíamos ubicar dicho veneno, y atender a sus secuelas. Habitualmente en este sentido encontramos todo tipo de homotoxinas y exotoxinas, que saturan la matriz extracelular y alteran dicho medio. La limpieza de dicha matriz evita la impregnación de ella y el organismo retorna a su condición normal.

d) la Diabetes Mellitus verdadera, que “es la debida a la insuficiente producción de insulina”. Esta definición del Diccionario es efectivamente la única que corresponde a una verdadera diabetes, y en este caso debemos verificar algunos conceptos básicos de “planeamiento industrial” o mejor aún, revisar lo que constituiría la “cadena de producción” dentro del organismo.

Nos preguntamos entonces: 
¿de qué origen es la insulina?
¿cuál es su materia prima?
¿qué factores influyen en su producción?
¿qué factores influyen en su calidad?
¿qué situaciones generan mayor gasto de insulina?, etc.

Para contestar esto veremos un pequeño detalle de la producción endócrina del páncreas. Las células responsables de esa producción, se encuentran aglomeradas formando innumerables grupos celulares bien compactos llamados “islotes de Langerhans”, donde células tipo alfa elaboran el glucagón (de efectos antagonistas con respecto a la insulina), células tipo beta (las más numerosas) elaboran la insulina y células tipo delta elaboran la somatoestatina (inhibidora de la STH).
La insulina es un extracto acuoso e incoloro y su origen es básicamente proteico. 

El Prof. Dr. Nondier Asis de la UNC nos explica: “La función endócrina del páncreas depende de los valores sanguíneos de la glucosa circulante. Si la glucemia se eleva, lo cual sucede normalmente después de comer, el páncreas libera insulina a la sangre, lo cual permite los fenómenos de difusión facilitada a través de las membranas celulares, penetrando por tanto el azúcar al medio intracelular donde será luego metabolizada (respiración celular). Cuando la glucemia es baja, disminuye la producción de insulina. En caso que el páncreas no sintetice insulina se produce una enfermedad caracterizada por niveles altos de glucosa en sangre llamada diabetes mellitus. La diabetes es una enfermedad genética determinada por un gen recesivo”.

Teniendo ya un primer esbozo de respuesta al misterio de la diabetes, y un potencial camino a seguir en nuestro análisis vamos ahora a enfocar nuestra mirada en las proteínas. Será bueno entonces estudiar la calidad de las proteínas del enfermo, porque entre ellas puede estar la respuesta a la diabetes.
¿Cuál es el órgano responsable de la síntesis y calidad de las proteínas. La respuesta es EL HIGADO. Por lo tanto este órgano en todo diabético debe ser controlado exhaustivamente.
 La Dra. Carmen Contreras había señalado que “junto  a la hiperglucemia crónica, existen otros trastornos bioquímicos que afectan al metabolismo proteico y lipídico”.
Si nos preguntamos  ¿cuál es el órgano responsable del control, manejo, producción y metabolismo de estos elementos?, la respuesta sigue siendo la misma. El hígado.

Sabemos por la Medicina ortodoxa, que en la Diabetes Mellitus II, o no insulino-dependiente, se aprecian tres alteraciones importantes:
a) deterioro en la secreción de insulina, tanto en condiciones basales o bajo estimulación;
b) aumento de la liberación hepática de glucosa endógena;
d) deficiente utilización periférica de la glucosa.


Analicemos entonces cada uno de estos tres puntos.

a) En el primer caso existe una deficiencia para excretar insulina y la hiperglucemia es la respuesta estimuladora para que se genere la hormona. Es decir que es una reacción de defensa del organismo.
Toda terapia en este caso debe considerar esta situación, ya que la aplicación de hipoglucemiantes puede bloquear una función natural. La amplitud de observación y el criterio del diabetólogo en esta etapa, es de vital importancia para tratar y superar el cuadro o transformarlo definitivamente en una patología de tipo crónico.
El aumento de producción de glucosa hepática es la resultante de un deterioro de los efectos de la insulina y de la glucosa  para suprimir en condiciones normales la liberación de glucosa hepática. Es decir, es una relación directa entre producción aumentada, para suplir una calidad anormal y deficiente.
Puede señalarse por lo tanto, que este proceso de compensación, es una resultante de tipo normal o reacción de defensa orgánica de tipo supletorio. Es el mismo proceso derivado de las hiperplasias glandulares. Se busca producir más cantidad, para resolver un problema de calidad de producto.

Desde el punto de vista de la Medicina Biológica, en este caso no se debería aplicar la terapia hipoglucemiante, sino una terapia que busque mejorar la calidad de las proteínas constituyente de la insulina. Resultante de esto, ya tenemos que en una primera etapa, debe efectuarse una terapia de estimulación hepática en lugar de pancreática.

b) La hiperglucemia parece ser una respuesta moduladora de la producción de glucosa hepática independiente de la insulina, pero es incapaz de completar la reducción de la sensibilidad a la insulina, lo que hace pensar en la existencia de un defecto de la glucosa hepática, ya que pierde esta habilidad natural de estimular y revertir la producción. Dado que el glucógeno es producido y metabolizado en el hígado, existe sin duda en este caso una responsabilidad hepática en el fenómeno.
El hígado juega un rol importante en el mantenimiento de la homeostasis de la glucosa. La falla hepática para suprimir su exceso de glucosa, explica las hiperglucemias plasmáticas post alimentos.

c.- La resistencia de los tejidos a la insulina es un componente importante de la intolerancia de la glucosa en los Diabéticos tipo II. Esta puede originarse tanto a nivel del hígado como de los tejidos periféricos.
Los estudios sobre el tema señalan que la unión de la insulina al receptor de los hepatocitos, es el mayor defecto, seguido de una disminución de la cantidad de transportadores de glucosa.
Lo antes citado indica la seria importancia que tiene el estudio de la función hepática en todo diabético Mellitus II.

Otros aspectos a considerar desde el punto de vista de la Medicina biológica

En la Medicina biológica que yo utilizo, se usan células embriofetales o de organismos jóvenes, porque las células jóvenes vienen con un programa semidiferenciado, con poder informativo genético para desarrollar una célula adulta morfológica y funcionalmente sana. La célula enferma tiene un programa genético equivocado, cualitativa y cuantitativamente deficiente, por lo que su función específica se cumple en forma anormal.
Este programa equivocado puede ser mejorado con el aporte de información genética sana, que mantenido el tiempo suficiente lleve a una corrección  definitiva, cuando sea creada una población de renovación celular sana.

Entonces tenemos que el programa genético sano es incorporado a la célula enferma, y es transmitido por autoherencia genética celular de renovación, obteniéndose luego de un suficiente tiempo, cepas de célula sanas con trabajo normal.

Aplicamos este mecanismo a todo lo que constituye nuestra terapéutica biológica, y continuamos observando las cadenas causales que devienen luego en la Diabetes. Hemos visto que existen diversas causas seriamente estudiadas, que señalan la relación directa entre fallas hepáticas y posteriores cuadros diabetogénicos.
Sin embargo existen otros factores a considerar tales como

a) susceptibilidad genética.
b) fenómenos que gatillan la diabetes.
c) pérdida gradual de la secreción de insulina estimulada por glucosa
d) destrucción completa de las células tipo beta

Normalmente se culpa al sistema de Histocompatibilidad HLA (Human Leucocyte Antigens) y a los linfocitos T, de la destrucción de la células tipo beta.
La disfunción de la célula beta genera una secreción disminuida de insulina en el proceso mellitus II, y una respuesta disminuida a la carga máxima de glucosa.

Es un hecho importante recordar la existencia de la matriz extracelular, que es un gel donde se interconectan los diferentes mensajes celulares, y que junto al líquido extracelular o Espacio Básico de Pischinger, forman el tejido del cual se nutren las células de todo el organismo. Este tejido es un medio de tipo alcalino, y allí recogen sus nutrientes y a la vez eliminan los residuos metabólicos todas las células.
Este estado de perfecto equilibrio, se altera cuando la consistencia de este gel pasa a ser un medio de mayor concentración o densidad.
Los catabolitos celulares son de tipo ácido, y son filtrados por la matriz extracelular para su eliminación o detoxificación fisiológica. Con ello se mantiene el equilibrio de flujo orgánico, es decir se mantiene la relación entre lo que entra y lo que sale de las células.

Lo que conocemos como “enfermedades” es en general la manifestación, de un determinado acto de defensa del organismo ante una noxa, ya sea ésta específica o inespecífica.
Los que hemos estudiado Homeopatía, partimos de la base de que la inflamación por ejemplo, es un mecanismo de defensa que busca la reparación del tejido dañado. Por eso cuando un tejido es atacado por alguna noxa, se defiende inflamándose para acelerar la excreción o eliminación de ésta, evitando su impregnación al tejido y transformando el proceso en crónico.En el caso de la Diabetes Mellitus II, debemos considerar esta misma potencialidad biológica.

Cuando la matriz extracelular se satura de homotoxinas (provenientes del metabolismo), o de exotoxinas (adquiridas del medio), deja de filtrar estas noxas y el tejido intersticial se endurece, dejando de cumplir con su función normal (pasa de gel a sol). Un ejemplo de ello es la degeneración grasosa del hígado.
En estos casos, se detiene la capacidad natural de eliminar toxinas a través de los diferentes órganos emunitorios o de eliminación, y comienza  un círculo vicioso, donde se termina afectando todo tipo de células con retención de catabolitos.
La capacidad natural de eliminación de toxinas a través de los tejidos y matriz extracelular, permite solamente el paso de moléculas de un tamaño hasta 10.000 angstrom. Todas las de tamaño superior son eliminadas por vía linfática.

Las homotoxinas o elementos residuales catabólicos, son de tipo ácido, y van acidificando y endureciendo la matriz extracelular, anulando su función filtrante. El organismo humano  solamente trabaja en forma correcta en un medio de un pH entre 7 y 7.4
Cuando la acidosis comienza a invadir la matriz extracelular, el organismo busca compensar esta acidosis mediante la extracción desde el medio intracelular, de cationes o electrolitos con carga eléctrica positiva.
Entre ellos se encuentra el Ion Calcio y el magnesio, que arrastra al potasio y al fósforo. Esto genera estados de debilidad y baja inmunitaria en todas las personas, y especialmente en los diabéticos.

A la vez se crea un círculo vicioso porque estos elementos son los que llevan el oxígeno al interior de toda célula, mantienen el equilibrio hidrosalino, son nutrientes hepáticos, reguladores de la neurotransmisión, estabilizantes de las paredes celulares, y enzimas hormonales. En esta etapa podemos hablar ya de un proceso francamente sistémico.
Por esta razón en todo diabético debe controlarse y normalizarse el equilibrio electrolítico, y alcalinizar el organismo para evitar mayor salida de estos elementos.

El trastorno lipídico que afecta al diabético, es consecuencia de la disminución de la capacidad hepática para procesar y formar grasas adecuadas a la necesidad biológica. Ello se debe a esta pérdida de Ion magnesio, que tiene entre otras funciones la de bajar el punto de fusión de las grasas a menos de 36 grados Celcius.
Por esta razón en el diabético debe controlarse el equilibrio lipídico para evitar la secuela cardiovascular, la que se genera por la suma del trastorno lipídico con el electrolítico.
Considerando, que el tejido nervioso es formado por fosfolípidos (fósforo y grasas), el aumento de fósforo en la sangre (producto de la extracción del Ion fósforo de la célula nerviosa), produce degeneración grasosa del hepatocito, disminuyendo la capacidad de éste de producir glucosa adecuada.
A la vez esta falla en la calidad del tejido nervioso, favorece la aparición de la neuropatía diabética. Por esta razón el adecuado equilibrio electrolítico y lipídico, constituye un resguardo para el diabético en el sentido de disminuir la progresión de enfermedad.

Finalmente, la modificación del medio interno de alcalino a ácido, produce la irregularidad de las paredes celulares, situación que en forma automática, instruye (en base a ordenes celulares permanentes) a las células killer a eliminar a estas células normales alteradas (entre ellas las células tipo beta, las que simplemente tienden a desaparecer). 
El resto de las células al constituir grupos mayoritarios ven afectadas sus funciones en una forma más simple. Los linfocitos T solamente se limitan a cumplir con su función normal, no existiendo en ello una patología.
Esta situación se aprecia en forma semejante en los glóbulos rojos y el bazo, el que elimina en forma inmediata cualquier hematíe irregular, como mecanismo de autoprotección. No existe por lo tanto en ello, ningún proceso anormal, sino que por el contrario es una demostración activa del sistema de defensa orgánico.

Tratamiento alopático ortodoxo

Empezamos con los hipoglucemiantes orales, los cuales se prescriben a personas con diabetes tipo II, que no consiguen descender la concentración de azúcar en sangre a través de la dieta y la actividad física, pero no son eficaces en personas con diabetes tipo I. Se suelen tomar una sola vez al día, por la mañana, aunque algunas personas pueden necesitar dos o tres dosis.
En el mundo se utilizan 4 grandes grupos de fármacos orales:

- Sulfonilureas: estimulan las células beta del páncreas a liberar insulina.
Biguanidas: disminuyen la cantidad de azúcar producida por hígado, y ayudan a la misma a entrar a las células, colaborando con la insulina.
Inhibidores de la alfa-glucosidasa: Hacen más lenta la absorción de los almidones ingeridos. La acarbosa está en este grupo.
Meglitinidas: estimulan el páncreas a producir insulina.

Lamentablemente una prolongada estimulación farmacológica, puede hacer que las células patológicas de los islotes de Langerhans, entren en un estado de fatiga y entonces una estimulación exógena podría inhibir la secreción automática. Es por eso que una diabetes temprana puede ser controlada con fármacos orales, pero a medida que la enfermedad se vuelve más grave, se aumenta la cantidad de fármacos, hasta que ya no se le pueda controlar ni con una gran cantidad de fármacos.
Además, el método de estimulación no tiene efecto alguno sobre los pacientes de diabetes temprana en donde las células beta de los islotes, ya estaban en un estado de fatiga.
Por lo tanto, hacer que las células beta de los islotes proliferen en nuevas células, y  que en consecuencia segreguen insulina para el metabolismo de carbohidratos, es una gran prioridad en el tratamiento de diabetes. Si queda un 20% de células beta normales, las nuevas células pueden ser inducidas con la apropiada terapéutica de medicina biológica.

Vemos ahora lo que ocurre con los pacientes con diabetes tipo I (insulinodependiente). Para ellos es necesaria la administración exógena de insulina, ya que el páncreas es incapaz de producir esta hormona. También es requerida en diabetes tipo II, si la dieta, el ejercicio y la medicación oral no consiguen controlar los niveles de glucosa en sangre.
La insulina se administra a través de inyecciones en la grasa existente debajo de la piel del brazo (también nalga y abdomen), ya que si se tomase por vía oral, sería destruida en el aparato digestivo antes de pasar al flujo sanguíneo. Sin embargo, en algunos lugares se está administrando mediante inhaladores, pero surge el problema de determinar la dosis correcta para cada paciente, ya que la velocidad con que el organismo absorbe la insulina inhalada es muy variable.

Existen diferentes tipos de insulina inyectable, que se diferencian por el tiempo que transcurre desde la inyección hasta que comienza el efecto, por su pico máximo de acción (momento en que el efecto es mayor) y por su duración el organismo. Lo habitual es que se combine el uso de dos tipos de insulina diferentes.
Por otro lado, las necesidades de insulina varían en función de los alimentos que se ingieren, y de la actividad física que se realiza. Las personas que siguen una dieta estable y una actividad física regular, varían poco sus dosis de insulina. Sin embargo, cualquier cambio en la dieta habitual o la realización de algún deporte, demandan modificaciones de las pautas de insulina.

Coincidencias entre Medicina China y Biológica

En la Medicina Tradicional China la Diabetes no existe. Existen paciente con constituciones energéticas diferentes, o signos y síntomas afines a lo que nosotros conocemos, pero no una patología encasillada como en Occidente. Lo que ellos llaman Yang Min, se asimila mucho a lo que llamamos Diabetes.

También pueden verlo como deficiencia de energía en bazo. Deficiencia de líquidos (Yin). Hígado atacando al bazo. Deficiencia general de Yin y Yang. Según los síntomas que describa el paciente en consulta, como se vea la lengua, estudios del médico primario, y los pulsos que se toman en ambas muñecas se definirá el diagnóstico. Dependiendo del diagnóstico se definirá el tratamiento con acupuntura, hierbas chinas, dieta oriental y ejercicios específicos.

Sin embargo, hace unos pocos años el Dr. Lian Jin Chong, presentó lo que se denomina Teoría de la Restauración Orgánica, totalmente afín a los conceptos de la Medicina Biológica.
El Dr. Chong trabaja con una medicina herbal llamada Yu Xiao San, que según se dice,  estaría diseñado especialmente para la diabetes. En vez de sólo enfocarse en la deficiencia nutricional o estimular la célula de la insulina, está basado en la “Teoría de la Restauración Orgánica” para restaurar las funciones de un cuerpo.
Este tratamiento Chino busca el fortalecimiento del Tejido y de las Funciones de los Islotes de Langerhans. Afirma Lian Jin Chong: “Los islotes de langerhans forman parte del páncreas, un órgano secretor de insulina. La deficiencia de insulina está directamente relacionada con los islotes de langerhans. Así, fortalecer el tejido y las funciones de los islotes de langerhans es un principio básico para tratar la diabetes. La proliferación de los islotes de langerhans fue estimulada por los transplantes de órganos en la medicina occidental, o por la aplicación de las apropiadas hierbas medicinales chinas.
Los islotes de langerhans forman parte del páncreas el cual nace del divertículo hepático y la pared dorsal de duodeno en la embriogénesis. Para buscar la causa fundamental de la dolencia en el tratamiento, es importante estimular al hígado y al duodeno para mejorar la multiplicación del páncreas.”

Vemos que las coincidencias con esta terapéutica China son asombrosas, pero la medicina biológica además de incorporar un programa genético sano por autoherencia genética celular de renovación; mejora la transformación de la Insulina (*), aumenta la habilidad corporal para responder a la insulina (**) y regula el equilibrio de Músculo glucógeno y el glucógeno hepático (***).

(*) Mejora de la transformación de la insulina: la insulina segregada por los islotes de langerhans en etapa temprana se llama “factor de insulina”, el cual puede ser transformado en insulina mediante la participación de la bilis (la secreción del hígado que ayuda a la digestión), y las enzimas. Esta transformación se llama proceso de “traslación”, y algunos casos de diabetes son causados por el malfuncionamiento de este proceso.

(*) Aumento de la habilidad corporal para responder a la insulina: la utilización de la insulina en el cuerpo humano es realizada por el aceptor. Si la cantidad o la sensibilidad del aceptor disminuye, la insulina no podría funcionar. Estas condiciones pueden encontrarse en pacientes con sobrepeso y es por eso que las personas obesas pueden sufrir de Diabetes Mellitus.
También las hierbas medicinales chinas deberían ser consideradas para el tratamiento de la Diabetes Mellitus. Estas hierbas medicinales tienen efectos satisfactorios para disminuir los lípidos. (grasa).

(***) Regulación del Equilibrio de Musculoglucógeno y el glucógeno hepático: los alimentos comunes incluyen tres componentes básicos: carbohidratos, proteínas y lípidos. El metabolismo de las tres sustancias antes mencionadas se lleva a cabo con la participación de la insulina, particularmente para la transformación y la combustión de carbohidratos, por lo que el carbohidrato absorbido está estrechamente relacionado con el nivel de consumo de insulina.
La actividad funcional de los órganos consume parcialmente la insulina, y así el disturbio en la utilización de la insulina es un vínculo importante, que incluye la liberación de glucógeno en los músculos. Por lo tanto, el equilibrio de azúcar en la sangre, puede verse afectado por el disturbio de la función hepática, o la utilización por parte del organismo.

Palabras finales

La diferencia entre el método ortodoxo y este tipo de terapéutica biológica, es que la segunda, ante un proceso patológico o síndrome, no se limita a la dependencia farmacológica sino a mejorar definitivamente las condiciones basales del enfermo, para que sea su organismo el que lo defienda como ha sido siempre la ley natural.
Si sabemos mirar con amplitud de horizontes, podemos afirmar enfáticamente que la Diabetes es recuperable. Solo que aún no sabemos la manera de hacerlo, pero quizá estamos en un buen camino para lograr esa meta.

El objetivo inmediato del tratamiento es estabilizar el azúcar en la sangre y eliminar los síntomas producidos por ese alto nivel de azúcar en la sangre. El objetivo, a largo plazo, es prolongar la vida, mejorar la calidad de esa vida, aliviar los síntomas y prevenir las complicaciones a largo plazo como la enfermedad cardíaca y la insuficiencia renal.
Mi aspiración es que esos objetivos sean alcanzados sin medicación alopática.           

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